Uruk Editores publica, en ocasión de la Feria Internacional
del Libro de San José, mi nueva novela “La ira en el manglar”. Otra vez me
encuentro a incursionar en la novela negra, con una diferencia que considero
importante y que difiere del clásico desarrollo en este tipo de narración. Por
lo general, estas novelas cuentan de personajes y hechos que son el resultado
de la ciudad y de sus neurosis. En cambio, “La ira en el manglar” se desarrolla
en una pequeña, remota, aldea del sur de Costa Rica, un lugar donde la vida
cotidiana está marcada en cada momento por la presencia del manglar. Lugar sagrado
por los indígenas, riqueza que se presta para la explotación a los ojos de los
forasteros, el manglar es un mundo aparte, que encierra secretos. También, es
el terreno donde chocan dos culturas, dos diferentes maneras de entender la
naturaleza: por un lado, hay el respeto e inclusive el temor de ofender nuestro
origen primigenio; por otro lado, encontramos el afán de la destrucción, de
reputar toda expresión de nuestra Tierra exclusiva apropiación del ser humano.
De esta dicotomía nace la historia de “La ira en el manglar”, donde la defensa
de un territorio se convierte en un conflicto personal y cultural. El medio
ambiente surge como centro de la novela y este contexto nos invita a
formularnos la pregunta hasta donde llegan la frontera moral y la justificación
a ciertos actos de los protagonistas, si hay coherencia en las extremas
consecuencias por la defensa de la naturaleza.
“La ira en el manglar” se presenta sábado 26 de agosto en el
stand de Uruk Editores, Feria Internacional del Libro, en el centro de eventos
Pedregal de 2 a 4pm.
Uruk Editores pubblica, in occasione della Feria Internacional del Libro de San José, il mio nuovo romanzo “La ira en el manglar”. Si tratta di un altro incontro con il genere noir, con una differenza che reputo importante e che differisce dalla trama classica di questo tipo di narrazione. In genere, questi romanzi parlano di persone e di fatti che sono il risultato della città e delle sue nevrosi. “La ira en el manglar”, invece, è ambientata in un piccolo, sperduto, villaggio del sud della Costa Rica, un luogo la cui vita è segnata in ogni suo momento dalla presenza di un estuario. Luogo sacro per gli indigeni, ricchezza da sfruttare per i forestieri, l’acquitrino è un mondo a sé, che racchiude segreti. È anche il terreno dove due culture, due maniere differenti di intendere la natura si scontrano: se da una parte c’è il rispetto e anche il timore di offendere la nostra origine primigenia, dall’altro c’è l’affanno alla distruzione, a reputare ogni espressione della nostra Terra a uso e consumo dell’essere umano. Da questa dicotomia nasce la storia di “La ira en el manglar”, dove la difesa di un territorio si tramuta in un conflitto personale e culturale. L’ambiente sorge come centro del romanzo e questo contesto ci invita a porci la domanda di fino a dove possono spingersi la frontiera morale e la giustificazione a certe azioni dei protagonisti, se c’è coerenza nelle estreme conseguenze a difesa della natura.
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